Del 27 de diciembre de 2016 al 9 de enero de 2017
Se puede disfrutar en la sala de exposiciones del Auditorio Municipal de Tarancón de la exposición del taranconero Rafael Rubiato.
Rafa Rubiato, es uno de los más claros exponentes de la fotografía paisajística en su más pura y clásica esencia. Esta exposición es quizás la que mejor define su personalidad, su amor por el paisaje, por el color, por el realismo y por el buen gusto a la hora de mostrarnos la belleza de la naturaleza tal como podemos verla con nuestros propios ojos, pero con el rico matiz de su conocimiento de la estética, la composición y los secretos de la luz.
En su obra podemos apreciar cómo utiliza no sólo los colores del otoño, sino cómo sabe potenciarlos con el uso de las herramientas que la propia naturaleza pone al alcance de los fotógrafos, como son el saber aprovechar un ligero nublado para atenuar las sombras, o la luz cenital de un día despejado, o las sombras sesgadas de un sol brillante a medio camino entre el horizonte y el cenit, el contraluz, las sombras y los maravillosos reflejos en el agua que nos recrean la vista, o el refuerzo estético que proporciona una niebla a punto de descender y ocultar la realidad pero que comprime el paisaje visible resaltando de forma maravillosa la belleza de un lago oscuro calmado y profundo sobre el que pasean cisnes blancos y rosados o la maravilla de un bosque que parece emerger de la nada, entre un respiro de la bruma.
Hace mucho tiempo que conozco a Rafa y he podido seguir su evolución. Hace mucho que comprendí que tenía delante a un perfeccionista de la técnica, de la expresión y del uso de la luz y poseedor de una gran sensibilidad.
Como Jurado que fui varios años de los certámenes nacionales de pintura CIUDAD DE TARANCON (ahora rebautizados con el nombre de su creador e impulsor JOSE ANTONIO SEQUÍ), he visto como se iba posicionando entre los fotógrafos más apreciados, a pesar del empuje de las nuevas formas expresivas que tendían al dramatismo, a la acentuación de los contrastes, a la expresión a través del realismo (a veces crudo), de la pobreza, la ancianidad o el subdesarrollo a través (de quizás un cierto abuso) de la fotografía étnica de otros continentes y de la acentuación mediante las nuevas tecnologías del contraste, el grano (hoy llamado ruido) y del pintado o el filtrado informático.
Rafa no es un conservador de viejos usos artísticos, es un recuperador de una fotografía estética, realista, colorista y que retoma el uso de las herramientas que usaron los fotógrafos de siempre, tanto en el blanco y negro como en el color y que nunca debieron olvidarse, es decir, el uso correcto y sabio de la cámara, de las ópticas, de los diafragmas y las velocidades de obturación, de la luz y de las sombras, sin renunciar a las ventajas que aportan a este arte las nuevas tecnologías, pero sin confiar su arte exclusivamente a los automatismos.
Para mí, Rafa, además de un buen fotógrarfo --tando desde el punto de vista técnico como del artístico--, es sobre todo, un comunicador de sus propias sensaciones ante la contemplación de lo bello, tanto de la naturaleza como del paisaje urbano, para dárnoslo a conocer, transmitiéndonos en sus imágenes sus sensaciones más íntimas.
Por cortesía de Rafa, que me ha proporcionado unos archivos, os enseño una pequeña muestra de su EXPOSICIÓN, pero os advierto que sólo es eso, una pequeña muestra el grueso está allí, en el la Sala del Auditorio:
Os recomiendo que no os la perdáis, os resultará muy gratificante.
Pedro López Ocaña
Tarancón, 28/12/2016
