jueves, 19 de octubre de 2017






Cartas de los Lectores


        Con el nuevo año de andadura que comienza, inauguramos esta nueva sección de CARTAS DE LOS LECTORES. En ella tendréis un espacio donde expresar vuestras opiniones. Rogamos que la extensión de las mismas, no exceda de un folio escrito en Word con un tamaño de letra del 11 o del 12.
        No se someterán a censura, salvo que a criterio de la Redación del Blog, se estime que su contenido incite al odio o socave el honor de personas o grupos, contengan insultos o faltas graves de respeto a colectivos o incite a la violencia.
La Redacción


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CARTA DE : Ildefonso Domínguez

Fecha: 23 de septiembre de 2017, 2:45:03 CEST
Para: Blog En Tarancón: Opinión y Cultura.
Estimados amigos: os adjunto una pequeña colaboración por si tenéis a bien publicar a la que seguirán más sobre diversos aspectos.



CATALANIDAD INOCENTE

En el lejano pero cercano 1979 me encontraba realizando el servicio militar en la Academia de Infantería de Toledo a la que había accedido como universitario para llegar a ser sargento de complemento. 

Dada mi condición de Cabo, me encargaba de la custodia de la puerta de la misma el día 11 de septiembre, cuando se me acercaron unos compañeros catalanes con los que había establecido una relación afectiva, para pedirme el favor de abandonar mi puesto, mientras que la compañía realizaba ejercicios de Educación Física, y desplazarme al economato de tropa (al que los cadetes no teníamos autorizado acudir), a comprar un pedido de viandas y bebidas para algo que querían celebrar sin especificar. Yo que era más noble y mejor persona de lo que soy ahora, accedí a regañadientes y jugándome el tipo decidí realizar el encargo que les entregué cuando regresaron.

 A las 7 de la tarde disponíamos de una hora libre en la que la mayoría solía acudir a la cantina pero aquella tarde el grupo de catalanes se quedaron alrededor de una camareta y empezaron a festejar lo que yo pensé que sería el cumpleaños de alguno. Cuál no sería mi sorpresa al comprobar qué con gritos de visca Catalunya y brindis con cava y merienda, lo que celebraban era algo que llamaban la  diada de Cataluña, a lo que evidentemente no fui invitado ni siquiera después de haber realizado su premeditado encargo.

 En estos días en que se está consumando lo que yo considero una traición injustificada a nuestro país, se me viene a la cabeza la rabia que sentí cuándo un grupo de jóvenes catalanes celebraban de forma excluyente algo con un significado también excluyente, habiéndose aprovechado de un jovencito andaluz que se podía haber complicado su servicio militar.

 Desde entonces siempre he desconfiado del supuestamente inocente sentimiento colectivo de catalanidad y  el tiempo lamentablemente me está terminando de dar la razón.

 Me imagino a la mayoría de esos chicos, que rondarán mis 60 años,  haciendo ahora apología de la Independencia, acudiendo a manifestaciones y colaborando con la manipulación de la historia, cuándo todos de forma voluntaria rejuraron bandera como sargentos de complemento en el lejano y cercano septiembre de 1979.


 Alfonso Domínguez Camino. Septiembre de 2017