“EL Armario de los Recuerdos y los Sueños”
DE CELIA ASTIZ CARRANZA
Inspirado en sus viajes de niñez y Juventud a Tarancón, desde Madrid, una serie de relatos, recuerdos y algún sueño. Ya está a la venta.
¿Quieres
recordar la Cantina de la Estación y su regidor Isidoro Carranza, la popular
Tía Ramona, la Casa de Los Sevillas y la de La Condesa a través de los ojos de
una joven madrileña, hija de padre navarro y madre de Alcázar del Rey?
Nos acerca con sencillez y ternura este
libro que se presentó en Madrid y pronto lo hará en nuestra ciudad.
De raíces taranconeras, nacida en Madrid
de padre navarro y madre de Alcázar del Rey, aunque pronto vino a Tarancón,
donde vivió hasta la muerte de su madre, recuerda.
Educada en un colegio francés de la
capital de España. Siempre sintió la necesidad de escribir, aunque “iba a la
basura muchas de las cosas”. Hasta que un día, decidió dar el paso adelante. Es
un mujer mu vitalista, extrovertida de fácil verbo, amena y tentó suerte en
el taller de escritores de los hermanos
Posada (Carmen y Gervasio), las correcciones para la publicación de sus
escritos, que ante todo son autobiográficos, experiencias, vivencias, relatadas
con sencillez que llegan a todo el mundo, porque te pueden identificar con
ellas fácilmente. El apoyo de los más próximos, que al leer esos relatos dan el
último empujón, entre ellos, dos ilustres escritoras taranconeras, sus “primas
Pilar Carranza y Milagros Carranza” y da el paso definitivo, aunque no le
faltaron “algún que otro tumbo”, porque asegura que “no todos los días te
encuentran con el mismo estado de ánimo” y se hace editora de su propia
publicación. Y, ya está en Tarancón, en Librerías Palabras de la Plaza de la
Tejera. Lo ha presentado en Madrid y su sorpresa fue “la acogida tan
multitudinaria en el acto y los buenos comentarios” nos asegura. Por ello,
piensa también presentar públicamente en Tarancon para compartir “con lectores
y lectoras”. Autora de “El armario de los recuerdos y los sueños” es su primer
libro, pero ya “estoy con el segundo” y además “no descarto la novela” porque
escribir “da libertad”, Celia Astiz Carranza, en este primer libro, nos
recuerda personas muy entrañables de Tarancón. Sus viajes a nuestra ciudad para
visitar a la familia (abuelos, tíos, primas), la gastronomía, el Tarancón
antiguo “tan diferente” ese ambiente de pueblo, de familiaridad, de vecindad
que “no teníamos en Madrid”, “armario de los recuerdos y los sueños”. Celia
Astiz Carranza, promete interesantes publicaciones
En este
“armario de los recuerdos” encontramos “La maleta de cuadritos”, el
nombre de un relato que Celia escribió como “viaje por mi infancia y mi
adolescencia a Tarancón”, cuenta.
Precisamente esta “maleta” ha sido el origen para
Celia diera un paso más, un texto que envió a sus primas Milagros Carranza
y Mari Pili Carranza, ilustres
escritoras cada una con su estilo propio y que viven en Tarancón. “Les gustó mucho,
empecé a recibir ánimos de la gente” Luego
surgieron los recuerdos, los sentimientos de los que brota la necesidad
de dar forma. Celia asistió a un taller
de escritura creativa en la escuela dirigida por Carmen y Gervasio Posadas y
fue puliendo algunos defectos a la vez que dando forma a su prosa para poder
editar y publicar.
Podemos decir que este primer libro “El armario de los recuerdos y los
sueños” en parte es autobiográfico. Pero tiene otros contenidos, como sobre los atentados que sufrió Madrid, el 11 M. Hay los sentimientos de un escritor. El resto son
ficticios, pero derrocha, como en su conversación, “humor, amor, aventura…
hay un poquito de todo”, asegura Celia.
En “El armario de los recuerdos y los sueños” se
lee, “el corazón de una persona” que
sintió Tarancón como un pequeño paraíso en medio de una infancia marcada por
una tragedia familiar. Cuando Celia tenía tres años falleció un hermano suyo
con tan solo 16 años. Vivían en Madrid, “recuerdo a una madre triste, siempre
vestida de negro, pero recuerdo una madre feliz cuando venía a Tarancón y se
reencontraba con la familia”. Celia guarda en su memoria con cariño los
momentos en los que se hallaba en la despensa de casa de su abuela y olía los
chorizos en la orza y la morcilla, “otro mundo” muy distinto a la vida que
llevaban en Madrid, señala.
Para Celia, “Aquel ambiente rural
taranconero era divertido, feliz, un mundo de muchas personas” que no en la capital de España. Todos esos
sentimientos y ternura, “ese mundo diferente de pueblo, de olores, de sabores”
que desprendía Tarancón era algo nuevo para la escritora, que entonces contaba
7 años.
Cuando se le pregunta por los cambios, lo
que hecha de manos de aquella época, ese
Tarancón de la infancia de Celia pocas cosas quedan ahora, salvo la añoranza de
sus “edificios como la Casa de la Condesa, que está derruida, como la casa de
mi abuela, que ya no existe, Casa de los Sevilla”, dice la escritora. Lo que
permanece es “el recuerdo de lo que fue”. La inolvidable memoria de su tío
Isidoro Carranza, la “Cantina de la Estación, los sonetos, su elegancia, su
educación…” y la bondad de mi tío Paco, todo lo que le pedía lo tenía, no
dudaba en comprarme…” la abuela “Ramona, que sin estudios nos daba un ejemplo
de solidaridad, de educación, en torno a ella toda la familia”.
Quiere por lo tanto ser esta obra “prima”
de Celia con este libro que ha editado
ella, gracias a que ahora existen editoriales que se puede hacer este
servicio, ser “un homenaje a las dos
familias de Celia, a los Astiz (de Navarra) y los Carranza (de Tarancón).
El espacio, sin duda, por el tema
económico, ha sido su limitación, tener que realizar una selección importante,
para poder publicar este primer libro. Supone, lógicamente “un gran esfuerzo de
tiempo, y también de dinero”. La forma elegida ha sido la autoedición. Sabe que
las grandes editoriales porque en ellas “las puertas están cerradas, y están
cerradas a cal y canto, sólo son para escritores consagrados o para alguien que
tenga una recomendación”, por lo que recurrió a este sistema. Ello le hacía
“sacar la calculadora para cada página”
Damos fe que es “ameno, fácil y engancha”, que podemos unir a los comentarios que le han
llegado a Celia de las personas que ya lo han leído. Lo biográfico se
entremezcla con lo cómico sobre un poso de ternura y sensibilidad, “cada
persona puede encontrar en cada relato algo que le llame y le atraiga”, sobre
todo a los taranconeros y taranconeras en lo referente a la familia y viajes a
nuestra ciudad de la autora, que confía en poder presentar directamente en
Tarancón, para asi contactar directamente con lectoras y lectores.
Jesús
Gabaldón Navarro
9/12/2016