miércoles, 14 de septiembre de 2016

Corazón guerrero - J. Vielsa

Sección literaria


Corazón guerrero

         A todas esas personas que están destrozando un corazón en estos momentos, he de decirles: felicidades. Felicidades, porque habéis conseguido vuestro objetivo, hoy muere un corazón, y no porque deje de latir, sino porque ya cada uno de sus latidos no tienen significado, y deberíais sentiros avergonzados si os sentís orgullosos por ello, pues os convertisteis en el malo de la película. Destrozáis el trabajo emocional de toda una vida en un simple chasquido de dedos y os vais, y lo peor es que siempre sale herido el que menos lo merece. Siempre ha sido así: una mala persona hiere a alguien que le quiere; esa persona, ahora herida, se vuelve fría y mala por experiencias del pasado, y ahora es ésta la que hace sufrir a otra persona que daría la vida por ella.




         Como un círculo que nunca acaba, como si de una pandemia se tratase, en la que cada vez son más los corazones apagados, y se extiende más el número de corazones fríos, oscuros y vengativos que nos rodean. Y al final el herido es quien menos lo merece; el ‘te quiero’ que no se llega a decir; ese corazón sangrando que en su día la única culpa que cometió fue querer a alguien más que a sí mismo.

         Lo siento, pero yo no lo compro. No me subo al carro, y paso de excusarme con que sufrí, jamás haría daño a propósito a alguien a quien he querido, a alguien que de verdad me quiere, o que se esfuerza cada día en hacerme sentir especial o hacerme ver lo muchísimo que valgo, aun cuando no quiero ni mirar la sombra que me sigue por los errores del pasado. Y tampoco, por si cabe alguna duda, jamás sería capaz de ser rencoroso con aquella persona por la que, fuera fruto del engaño o no, mi corazón realmente amó. Detrás de toda decepción, de todo bache, incluso traición, todo el amor que sentiste en su día fue tan verdadero como lo eres tú mismo. Todo aquello que hiciste por esa persona lo hiciste de corazón, y la prueba está en que la cabeza no es capaz de sacar, por mucho que te engañes a ti mismo, lo que el corazón realmente sintió.

         Con esto no digo que nos anclemos al pasado, ni mucho menos, pero quizá si debamos guardarlo con especial cariño, en un rincón de nuestro guerrero corazón.

         Paso de seguir la corriente, de ser como los demás, de convertirme en una persona fría (aunque a veces lo desease con mi alma, sabiendo que todo sería mucho más sencillo), prefiero ser especial, o la excepción, de los que aún se fijan en el más mínimo detalle, en su expresión al decirme las palabras, sentirme naufrago en la mirada que muestra detrás de esos ojos, y verme reflejado en ellos. En su jugueteo de manos cuando habla conmigo y está nerviosa. O en su nombre, que parece la palabra más mágica del mundo. En la mordida de labios tras una broma. En la reacción de su vello al acariciarle suavemente el cuello, o en la respiración agitada después de decir algo que no debiste decir en momentos de cólera. Quizá sea especial, sí, pero siempre me llenará de vida interiormente pensar que en el fondo, aunque me cueste sacarlo, con quien de verdad merezca la pena siga teniendo un enorme corazón.

         Es un simple punto de vista, donde unos se pueden sentir identificados, mientras otros tantos no. Pero que el miedo, la ira, o el rencor, no destrocen en una tarde, el trabajo, la ilusión, el corazón de toda una vida. Quiero dar a entender que espero que sepan aprovechar a quien tienen al lado, quererlo con lo más profundo de su ser. Y sobre todo, aprovechar cada momento vivido. Valorar todo el esfuerzo, por mínimo que sea, que hace esa persona por vosotros. No os imagináis lo que le puede costar a una persona, por la causa que sea, darte todo lo que te está dando, y no me refiero a lo material, lo más grande de esta vida nunca es material, y ni siquiera lo puedes tocar o ver, hablo de sentimientos. Porque cuando realmente amas, tu felicidad siempre estará ligada a la suya. Pues no se equivoquen, el amor existe, y es infinitamente bonito, es el desamor lo que duele.