¿ESTUVO EN
UCLÉS EL GERMEN DE LA
PRIMERA
UNIVERSIDAD DE ESPAÑA?
Por Raúl Amores Pérez
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Hace sólo unos días, me llegó por WhatsApp este artículo de Raúl Amores Pérez, con un cortísimo preámbulo: "Por si es de tu interés".
Durante los casi cuarenta años que he aprendido y ejercido el oficio de impresor y después de haber imprimido muchos libros y artículos sobre Uclés y la Orden de Santiago, era la primera vez que leía algo parecido. Lo releí con fruicción y pensé que no era justo que sólo unos pocos privilegiados conociésemos esta exhaustiva y concienzuda investigación. Inmediatamente, le escribí pidiéndole permiso para publicarlo en nuestro blog para que tuviese al menos, una difusión comarcal, aunque me consta por las visitas, que ya lo leen ciudadanos de muchos lugares de España.
Espero que sea de vuestro agrado y os sorprenda tanto como a mí me sorprendió.
P. López Ocaña
En Tarancón: Opinión y Cultura
Hace poco que hemos terminado el curso
escolar, por lo que quizá sea bueno que traigamos este tema a colación, de cara
al inicio del curso que viene.
¿Por qué nunca oímos nada sobre que, quizá,
es en nuestra tierra, precisamente,
donde germinó la idea de crear la
primera Universidad de España o “Studium Generale”?
¿Por qué, en una tierra que supo
aglutinar los saberes de las tres religiones, rescatarlos y difundirlos por
toda Europa, no se pone en valor que también, aquí, quizá, y siempre digo quizá, se
creó el principio impulsor, con el apoyo real, para que pudiera surgir la primera
Universidad española?
¿Universidad? o ¿Escuelas?... ¿En Uclés? ¿En 1179?
Este interrogante surgió en mí (y en algunos
otros) y se mantiene (¿o no?), por un enigma
curioso que apare en el Fuero de Uclés, de 1179, que señaló que “Et posada non prendat scolano a forçia in casa de clerigo nec de cavallero”.
¿Escolanos
en Uclés en 1179?
¿Qué significa “escolano”? ¿Qué consecuencias podemos deducir de ello?
PERO, ¿QUÉ ES UN “STUDIUM GENERALE”?
Cuando hablamos de “Studium
Generale” no estamos disertando sobre una seudo-Escuela Palatina o Aula Regia,
como la que todas las cortes reales tuvieron desde la época visigoda para
educar a los infantes e hijos de los nobles de la corte, siempre itinerante,
como la propia corte, y que pervivió hasta el renacimiento.
No reflexionamos sobre la
creación de una seudo-Escuela catedralicia o episcopal, raíz y pilar sustentador
de las Universidades, con fines estrictamente formativos en materia religiosa, porque
Uclés siempre dependió del obispado de Cuenca.
No hablamos de una Escuela Urbana
o Local como la que muchos municipios tuvieron, dedicadas a enseñar las
primeras letras suficientes para saber leer y escribir. No, porque, entre otras
cosas, sabemos que el rey Sabio marcó muy bien las difrencias entre el “Studium
Generale” y el “Studium” local: en el primero hay “maestros de las artes así como de
gramática, e de lógica, e de retórica, e de arismética e de geometría, e de
astrología (...), maestros de decretos,
señores de leyes...” (esto
es, maestros para cada una de las enseñanzas generales de las Facultades,
incluidas teología derecho y/o medicina) y en el segundo sólo nos encontramos con un maestro
que en una villa enseña a unos pocos escolares.
Por tanto, estamos considerando, para nuestro caso,
al decir “Studium Generale”, un lugar fijo y concreto para la enseñanza, sin
itinerancia ni al calor de una catedral o convento (en Uclés), dirigida ésta abiertamente
a la recepción de escolares (fundamentalmente hijos de caballeros y nobles,
pero no sólo) de todas partes del reino pero
exclusivamente de la Orden (no sólo de la localidad o entorno), donde se
enseñan las artes liberales y alguna disciplina superior (sin poder determinar
si derecho romano y canónico) por parte de diversos magistros (a ser
posible uno por materia, no necesariamente clérigos sino también legos; no
necesariamente cristianos, sino también judíos y árabes).
Posteriormente, a lo largo del siglo XIII se irán
adhiriendo nuevos elementos a las características del “Studium”, generando así
las primeras universidades propiamente dichas, con el concepto de apertura a
los estudiantes de cualquier país, con “licentia ubique docendi”, con
estatutos propios para los estudiantes y maestros, etc. Pero este no es nuestro
caso, pues estamos haciendo mención a un período concreto: el último cuarto del
siglo XII, en unas tierras donde no existía la tradición de organización y
enseñanza de los estudiantes boloñeses, dedicados al derecho, o de los maestros
parisinos dedicados a la teología, aunque se optara finalmente en España más por el modelo primero, dada la necesidad
de formar juristas y letrados.
La regulación en Castilla de quién podía crear un “Studium Generale” (esto
es, una Universidad) fue determinada mucho después, en el siglo XIII, en las
“Siete Partidas” de Alfonso X el
Sabio (Segunda Partida. Título XXXI: "De los estudios en que se aprenden
los saberes, e de los maestros e de los escolares", Ley 1): “debe ser establecido por mandado de Papa, o
Emperador o de Rey”.
A Uclés, lógicamente, no se le
puede exigir cumplir con un requisito que fue creado a posteriori de la
fundación de su –posible- “Studium”, pero aún así, será originado por mandato
real, cumpliendo con uno de los futuros preceptos. En efecto, se ha señalado que fue Alfonso
VIII, a finales de la década de los 70 del siglo XII (casi cien años antes de
esta Ley), quien en Uclés, tras el cerco para la conquista de Cuenca, y a
petición del primer maestre de la Orden, D. Pedro Fernández de Castro, creará
el primer “Studium Generale” de España.
Como nos recuerda el profesor
Álvarez de Morales
«Este nombre [de ‘studium generale”] no
tiene inicialmente una significación técnica o legal. Inicialmente ‘studium
generale’ es fundamentalmente una frase descriptiva, el ‘studium’ indica una
escuela organizada para facilitar el estudio y ‘generale’ se refiere a la
naturaleza general o universal de los sujetos que en él estudian no sólo por el
número de ellos, sino por la habilidad de la escuela para atraer estudiantes de
diversas regiones».
Esta
afirmación la crítica suele pasarla por alto, o no apreciarla, o despreciarla por
considerarla incierta. Más aún si, además, alguien tiene el atrevimiento de manifestar
que de este “Studium” quizá surgieron importantes hombres letrados para la
corte, y que se constituyó en el motor fundamental para la creación de la Universidad
de Palencia, tiempo después, se le tacha de inculto.
Nosotros, aunque partimos de la afirmación
de que, efectivamente, Uclés no fue la primera “universidad” de España, quizá sí
que pudo ser “el huevo y la gallina” que motivara y ocasionara la decisión de
la puesta en marcha de la primera
“universidad” española.
¿POR QUÉ EN UCLÉS Y CUÁNDO?
La localidad de Uclés, obtenida
mediante acuerdo por el rey Alfonso VII de Castilla y León con el rey Lupo de
Valencia y Murcia, en 1157, y dada en depósito inicialmente por el rey de León
Fernando II a la Orden de San Juan, será cedida después por el rey castellano Alfonso
VIII, “sedendo seniorem de suo regno
dompno Alfonso VIII dedit Ucles ad magister P. Fernandez et ad fratribus suis
ex Militie Sancti Iacobi, et dedit illam eos per hereditate”,
el 3 de enero de 1174 en Arévalo,
a la recién creada Orden de Santiago, pasando a ser esta localidad cabeza de la
de la misma (“caput ordinis”), una vez que fue investido como Gran Maestre
Pedro Fernández y confirmada la Orden por el papa Alejandro III el 5 de julio
de 1175.
Este hecho es muy importante,
dada la nueva perspectiva y situación que se originará con el cariz de
desplazamiento de los intereses de la Orden, desde León y las tierras
extremeñas a Castilla, Uclés y las tierras manchegas. En efecto, como se recoge
en la bula del papa Alejandro III, en tierras castellanas la Orden ya disponía
de las tierras de diversos municipios de la parte sur de Madrid y Guadalajara,
expandiéndose hacia la provincia de Toledo y Cuenca, a un lado y otro del Tajo:
Alfarilla, Oreja, Mora, Villarejo de Salvanés, Estremera, Alcázar, Almodóvar,
Larunda, La Zarza... Es decir, desde la confluencia del Jarama y el Tajo hasta
Hontígola, y desde aquí, por Ocaña hasta Alharilla y la unión del Tajo con el
Jarama. Desde estos territorios luego se expandió hacia el Este: Cuenca y
Albarracín; al Sur: Zafra, Alarcón, Alconchel, y después al suroeste buscando
las tierras andaluza y murcianas. Todo ello, como decimos, buscando nuevos
territorios en tierras castellanas en detrimento de las leonesas y portuguesas,
como fue su origen.
Lo cierto es que, una vez tomada
posesión de Uclés a finales de enero de ese año 1174, y consagrada su iglesia a
Santiago por el arzobispo de Santiago de Compostela el 26 de febrero, esta
villa y castillo será el referente para la Orden y los nuevos caballeros que se
le iban incorporando. Es así como esta localidad, a través de su Gran Maestre y
con el favor del Rey Alfonso, creó entre
el año 1174 y el año del otorgamiento de
Fuero a sus vecinos, en 1.179,
el posible “Studium Generale”, fecha bastante anterior a la de la creación en
Palencia de su “Studium Generale”,
por decisión real, del mismo modo como lo serán las siguientes.
Y establecemos para Uclés esta
fecha, entre 1174-1179, para la
creación de su “Studium”, porque será en ese fuero de 1179 donde se haga
referencia a sus escolares.
Consecuentemente, el de Uclés, de
creación más temprana que el de Palencia,
será quien inspire a éste, pues fue reconocido eclesiásticamente en 1208 y civilmente en 1212 por
Alfonso VIII, para adquirir la condición de universidad en 1220 con la bendición del papa
Honorio III; y que éste, a su vez, fue modelo para el de Salamanca, en 1218,
por deseo de Alfonso IX, pasando luego a ser considerado definitivamente como “Universidad”
por decisión de Alfonso X en 1254 y Alejandro IV en 1255; así como el ‘Studium’ de Valladolid creado en
1224 será considerado Universidad en 1264 (por Castilla, que no por el papado,
que sólo tras insistir Alfonso XI consiguió bula papal de Clemente VI, el 31 de
julio de 1346, y sólo como ‘studium’ en el que se “enseñasen todas las Facultades, excepto la de Teología”, por lo
que en la bula se califica al ‘studium’ como “particular” ),
o el studium de Valencia que fue concedido por el papa Inocencio IV, etc.
Dice al respecto A. Rucquoi que:
«La fundación del ‘estudio general’ de
Palencia hacia 1180 por Alfonso VIII, la fundación de la universidad de
Salamanca en la época de Fernando III y Alfonso el Sabio, y luego la de
Valladolid por Alfonso el Sabio se inscriben pues dentro de la larga tradición
del ‘rex magister’. En la Península
ibérica, la educación es el deber del rey, no de la Iglesia. La universidad
de Palencia estuvo a punto de desaparecer durante los años de guerra civil que
marcaron el corto reinado de Enrique I (1214-1217), y fue restaurada a partir
de 1220 por el obispo de la ciudad, Tello Téllez de Meneses, quien le dio una
orientación distinta, más cercana al modelo parisino. Las artes, la lógica, la
filosofía y la teología predominaron en esta segunda etapa del ‘studium’. Pero
la muerte del obispo y los problemas surgidos entre sus sucesores, el rey y los
vecinos de la ciudad acabaron con la vida del estudio en los años 1260.
Palencia se encontraba, en 1180, en Castilla. Hacia 1218, cuando la guerra
civil parecía haber destruido el ‘studium’ castellano, el rey de León Alfonso
IX creó en Salamanca otro "estudio". La recuperación de Palencia, sin
embargo, no le permitió florecer y, en 1243, Fernando III tuvo que recrear el ‘studium’
de Salamanca, concediendo a sus maestros y estudiantes diversos privilegios de
exención. El 8 de mayo de 1254, Alfonso X concedió solemnemente unos estatutos
a la que llamó "universidad del estudio" de Salamanca y consiguió del
papa Alejandro IV en 1255 que le diera la ‘licentia ubique docendi’, la
autorización a sus doctores de enseñar en cualquier universidad de la
Cristiandad (...) El mismo Alfonso X instituyó además ‘studia’ en varias otras
ciudades de su reino, con una orientación precisa: el derecho en Valladolid -
donde el ‘studium’ fue probablemente fundado hacia 1255-1260 -, en Sevilla el
árabe y el latín, en Murcia las artes y la medicina. Sólo sobrevivió durante la
Edad Media el ‘studium’ de Valladolid que, a finales del siglo XIII, tenía el
título de ‘studium generale’, o sea de universidad y recibió, en 1346, el
privilegio papal de la ‘licentia ubique docendi’».
¿POR QUÉ SE DECIDIÓ CREAR EL “STUDIUM” DE UCLÉS?
Detalló sobre esta cuestión el
padre T. Minguella, a principios del siglo XX, que:
«(...)
viéndose España poco menos que precisada
a tener que servirse de extranjeros para el desempeño de embajadas fuera del
Reino, a veces para el régimen espiritual de la diócesis y para el manejo y
acertada dirección de la Real Cancillería, como lo prueban los nombres de
Hugos, Geraldos, Arnaldos y otros que por aquellos tiempos eran frecuentes en
la expedición de las Cartas Reales. Un sentimiento de dignidad comenzó a
despertarse a mediados del siglo XII, y se
pensó en crear escuelas de artes liberales donde, sin dejar la noble y
entonces necesarísima profesión de las armas pudiesen adquirir otros
conocimientos a fin de que surgiese personal idóneo para el desempeño de los
más importantes cargos de la Nación.
Uno de los que fomentaron y vulgarizaron
esta hermosa idea de la educación colegiada de la juventud fue el venerable
Maestro fundador de la Orden Militar de Santiago, D. Pedro Fernández, que,
aprovechando la circunstancia de hallarse reunidos muchos Prelados y magnates
del Reino con ocasión del cerco de Cuenca, habló calurosamente en favor del
proyecto y halló a todos, como no podía [ser] menos, dispuestos a secundarlo y
realizarlo. Desde luego convinieron en
fundar escuelas en Uclés para los hijos de los Caballeros y uno de los
primeros Maestros elegidos para aquella empresa fue nuestro D. Arderico, que,
según dice Agurleta, era a la sazón individuo de aquella egregia Orden, y en
quien brillaba un gran caudal de ciencia y vastos conocimientos».
CLÁUSULA DEL FUERO DE UCLÉS HACIENDO REFERENCIA A LOS ESTUDIANTES.
Este López Arguleta mencionado,
en el s. XVIII, dedicará en su obra “Vida del venerable fundador de la Orden de
Santiago“, sendos capítulos sobre el “Fuero
y leyes de Uclés como villa y como
Universidad” (el cap. XXXI) y “De
los primeros discípulos de las Escuelas de Uclés” (cap.
XXXII). En ellos sostiene que:
«Y por ser Uclés ya villa, con escuelas y escolanos o estudiantes, hijos de
Grandes y de los más poderosos del Reyno, capaces de hacer fuerza a sus
vecinos, puso la Ley siguiente: "et concedo vobis vostras casas, et
vostras heredades; e posada non prenda
escolano a forcia in casa de clerigo, nec de cavallero. Et senior de villa
non prenda nulla casa a forcia, nisi de suo comparata".
Esta
Ley es el principal Privilegio de Estudiantes, en villa destinada para
Universidad; pues dexando libres
las casas de clérigos y de cavalleros, podían elegir posada en qualquier otra
casa, lo qual no podía el Señor mismo de la Villa. Confirmó y alabó esta Ley,
con las demás del Fuero, el Noble Rey Don Alfonso en Toledo el mes de marzo de
1179. Y con él también la confirmaron los tres principales de su corte: Roy
Gutierrez, su Mayordomo; Gómez Garcia, su Alférez; y Pedro de Arazur, ricohombre,
y uno de los sabios de su reino, aunque aragonés de origen. Y assí esta Ley o Privilegio es el que se estendió y comunicó a otras
universidades, que después se fundaron, porque en este año no havía otra en
España, siendo nuestro don Pedro el primero en ella, a quien los doctos
hijos de sus universidades deben tan honrado y provechoso pensamiento".
Esta línea argumental la
mantendrá Guillamas, en el siglo XIX, añadiendo que:
«El
fuero de Uclés fue dado por el Rey de Castilla y su mujer la Reina Doña Leonor en 1179, y en él se dice, que por ser villa
con escuela y escolanos o estudiantes, hijos de Grandes y de los más poderosos
del reino, les puso cierta ley como principal privilegio de estudiantes en
villa destinada para universidad, cuya ley confirió y alabó con las demás
del fuero el noble Rey Don Alonso, en Toledo el mes de marzo de dicho año de
1179, y fue estudiada y comunicada a
otras universidades que después se fundaron, porque en dicho año [no] había
otra abierta en España; siendo el primero en ella Don Pedro, a quien los
doctos hijos de sus universidades deben tan honrado y provechoso pensamiento».
Y de la que se hará breve eco
nuestro paisano recién fallecido, Dimas Pérez Ramírez:
«de
modo que era villa de estudiantes y no de cualquier clase, sino precisamente de
nobles, puesto que puede tener
posada en ella cualquier estudiante o escolano en la casa que más le
conviniere, no siendo de clérigo o de caballero (...) No cabe duda de que por lo menos unos estudios generales de aquellos
que fueron el fundamento de muchas universidades sí que puede admitirse que se
trató de implantar en Uclés».
¿CON QUÉ ESCOLARES CONTÓ UCLÉS?
Creado el “Studium Generale”,
¿con qué escolares contó? A decir de
Gallego Blanco, resumiendo lo expuesto por López Arguleta:
«Algunos
magnates enviaron a sus hijos a ser educados a Uclés. Este fue el caso de D. Gonzalo de Marañón, D.
Rodrigo Gutiérrez y D. Tello Pérez. Los tres hijos de Gonzalo de Marañón
entrarán luego en la Orden [de Santiago], y uno de ellos se convirtió en el
sexto maestro. El Maestro Fernando González de Marañón (1206-1210)
intercambió una muy curiosa correspondencia con el Papa Inocencio III. De los
seis hijos de Rodrigo Gutiérrez, Mayordomo del rey, Gutierre Ruiz se convirtió
en Canciller de Castilla en 1183, entonces obispo de Segovia, y murió en la
batalla de Alarcos en 1195. Su hermano Alvaro Ruiz entró en la Orden y se le
dio un puesto de Tesoro. Los otros dos hermanos, Gonzalo y Rodrigo, también
llegaron a ser prominentes hombres en la corte. El primero fue Mayordomo [real]
como su padre, y el segundo será Canciller de Castilla, peleando con su
ex-compañero de clase de Uclés, D. Alvaro de Lara. D. Tello Pérez también educó
a sus cinco hijos en Uclés. Uno de ellos, Tello Pérez se convirtió en obispo y reformó el Estudio General de
Palencia, que más tarde será trasladado a Valladolid.
Es
evidente que Uclés se convirtió en la sede de un estudio general. Cuando D. Pedro Fernández, primer maestro y
fundador de la Orden, dio un fuero a Uclés
en 1179, éste incluía una
cláusula respecto a los estudiantes. Esta cláusula tendrá una continuación
dichosa, ya que fue adoptada por todas
las constituciones de las universidades españolas que fueron fundadas después.
En 1185, un año después de la muerte
de D. Pedro Fernández, el rey Alfonso VIII decidió fundar un estudio general en
Palencia. Él eligió para organizarlo al obispo de la ciudad, D. Arderico,
ex profesor en Uclés».
ÉXITO
INICIAL DE LAS ESCUELAS DE UCLÉS.
La creación de estudios en Uclés
dice J. López Argurleta que fue de tal magnitud que
'llegó a ser estrecho campo el de Uclés a
los pocos años para deseosos de letras, aun de solos hijos de Grandes y
Cavalleros de la Orden, sin poderse dexar de admitir también algunos del Reyno
de León'. Y assí el año de 1185, siguiente al que murió D.
Pedro, teniendo el Rey la Semana Santa en Uclés, se dieron las Providencias, ya
antes meditadas, de poner Escuelas más Generales en Palencia, ciudad capaz
y puesta entre los Reinos de Castilla y León. De esto parece haberse encargado Dn Arderico, Maestro primero en Uclés, y
Obispo recién trasladado de Sigüenza a Palencia, y D. Fernando Díaz, antes
Comendador de Uclés y Maestre sucessor de Don Pedro (...) No fue esto
traslación de Escuelas, porque en Uclés prosiguieron las de Armas y Letras;
pero débense a uestro don Pedro, en él y en estos dos hijos, Don Arderico y Don
Fernando, los principios, frutos y progressos de unas y otras."
BREVEDAD DE LAS ESCUELAS DE
UCLÉS.
¿Por
qué desapareció el “Studium Generale”? Quizá, a decir de algunos, porque ni
llegó a constituirse, puesto que quien se dice que fue el cabeza de los
profesores del ‘Studium’ de Uclés, Arderico,
supuestamente daría clases durante tan solo ¿tres, cuatro meses?, pues
inmediatamente pasó a ser Obispo de Sigüenza (1178-1184),
y luego de Palencia (1184-1208).
Y será en su última diócesis, en la
tierra que le vio nacer, pues según el padre Minguella era natural de Frómista,
donde promueva la nueva universidad palentina, apoyándose en la escuela
catedralicia, primero, e impulsada luego por su sucesor, el obispo Tello Téllez.
Así, entre éste y el nuevo Comendador de Uclés, el Maestre de la Orden D. Fernando
Díaz, apoyados por el magister de la cancillería alfonsina D. Gerardo (arcediano
también de Palencia y notario real entre 1178 y 1184) se hará desaparecer la
idea de creación de un “studium” ucleseño
en pro del nuevo palentino,
donde, a decir del arcediano de Alcor, Alonso Fernández de Madrid, estudiaron
santo Domingo de Guzmán y san Julián de Cuenca.
De hecho, con el beneplácito del rey y
su apoyo, como señala el arzobispo Jiménez de Rada, éste hizo traer a sabios de
las Galias y de Italia a Palencia, para que nunca faltara en su reino el culto
del saber:
"sapientes a Gallis et Ytalia
conuocauit, ut sapiencie disciplina a regno suo nunquam abesset, et magistros
omnium facultatem
Palencie congregauit, quibus et magna stipendia est largitus, ut omni studium
cupienti quasi manna in os influeret sapiencia cuiuslibet facultatis"
(esto es: “Hizo buscar a sabios de las Galias e Italia
para que el culto del saber nunca faltara en su Reino, y reunió en Palencia a
los maestros de todas las materias (omnium facultatum), a los que concedió
amplias remuneraciones (magna stipendia) para que la sabiduría de
cualquier materia fluyera como el maná).
[Jiménez de Rada´, Rodrigo. De rebus
Hispaniae. Liber VII, Cap. XXXIV., ed.
J. Fernández Valverde, Historia de los Hechos de España. Madrid:
Alianza, 1989, pág. 302].
Estos nuevos maestros, más al menos
los ocho existentes en el Aula Catedralicia, harán desaparecer la Universidad
de Uclés, teniendo una máxima expresión con la reforma del obispo Tello Téllez
.
Mas luego,
como le pasó a Uclés, con Alfonso X se trasladarán los intereses universitarios
de esta localidad a Valladolid, perdiendo Palencia también su capacidad docente.
RECHAZO A LA EXISTENCIA DE ESTE ‘STUDIUM’ EN UCLÉS.
G.
Martínez es uno de los que más firmemente rechazan la existencia de un
“studium” en Uclés. Taxativamente nos señala que “la supuesta existencia de
unas Escuelas o Estudio General en Uclés” es radicalmente incierta, pues
se basa en diversos argumentos no veraces, fundamentalmente en que el Fuero de
Uclés hace mención a escolares, empleando el término “scolano”. Según él, de
este texto, que está presente también en el
fuero de Carcastillo, copiado a su vez del
fuero de Medinaceli, alrededor de la década de los 40 del siglo XII, nadie deduce
que el término “scolanos” haga referencia a la existencia de ningún “Studium”
tanto en Carcastillo como en Medinaceli, por lo que este
“scolano”
«desde
luego no era un escolar, puesto que el hospedaje en casa de peón se
limitaba a tres días. Resulta evidente que de este artículo del fuero de Uclés
no cabe deducir la existencia de ningún ‘Estudio General’ en la villa.
Además en ningún documento de
la Orden de Santiago del siglo XII, ni más en concreto en los de la encomienda
de Uclés, documentación por otra parte hoy bien conocida, ha quedado la menor
huella de la existencia de un Estudio General, ni de la presencia de
estudiantes tanto en la villa como en el convento de Uclés, aunque no negamos
que en ese convento como en cualquier otro monasterio del reino podrían haberse
formado los freires clérigos de la Orden. En este caso hipotético estaríamos
ante una escuela interna conventual, como las de otras varias docenas de
conventos y monasterios, escuela que en modo alguno puede ser calificada como Estudio
General o Universal».
Pero
a esto tenemos que hacer algunos reparos:
1)
no tiene en cuenta G. Martínez que a Carcastillo
le fueron otorgados los mismos fueros que a Medinaceli, «sin hacer más variaciones que
la de poner en lugar de Medina, ‘Carcastello’. Prueba esto, uno de los párrafos
que dice: ‘Forus senior Aznar Aenarez e su generación per foro de Medina,
así es foras Gonzalbo Munnez e suos filios qui populaverint Medina’; y
la conclusión: ‘Talem fuero, quale in ista carta est scriptum, talem habemus
nos concilio de Medina... Elber era alcait de Medina quando fuit
ista carta scripta’ [es decir, habiéndosele olvidado al copista sustituir
Medina por Carcastello]».
[Cfr.: Muñoz y Romero, Tomás. Colección de fueros municipales y cartas
pueblas de los reinos de Castilla, León, Corona de Aragón y Navarra. Madrid:
José María Alonso, 1857, pág. 470].
2) Que el fuero de Uclés es
heredero del de Sepúlveda, no del de Medinaceli.
3) Que según indicó I. Jordán
de Asso, “En el año 1179, por mandado del rey don Alonso el noble, dio fueros a
la villa de Uclés el primer maestre de la caballería de Santiago don Pedro
Fernández, según lo expresa Agurleta en su vida,
‘Appendice’, pág. 35, del qual trasladó esta noticia Bernabé de Chaves en la
alegación por el dominio solariego de aquella orden,
fol. 31 y 32; añadiendo que le comunicó este mismo maestre a la villa de
Extremera, y después su sucesor don Sancho Fernández a la de Fuente del Sauco a
6 de los idus de setiembre de 1194. Por esta regla, habiéndose concedido a los
vecinos de Uclés, después de varias exenciones particulares, el fuero de
Sepúlveda, como se expresa en aquella escritura, es consiguiente que se
extendiese este mismo a las dos villas de Extremera y Fuente del Sauco”.
Por tanto, se concedió el mismo fuero de Uclés a diversos lugares conquistados
por la Orden, en años sucesivos: Estremera, antes de 1184, puesto que se lo
dio Pedro Fernández;
Fuente el Sauco, en 1194, por el maestre Sancho Fernández;
Huélamo, entre 1206-1210, por el maestre Fernando González de Marañón;
Montealegre, entre 1217 y 1221, por el maestre Martín Peláez; etc... Y en ninguno de ellos se hace referencia a
los “escolanos”.
Pero para
nosotros, no hay tal “evidencia”, de que cuando se habla de “scolano”, no es un
escolar. Porque, se quiera o no, el término “escolano” procede de ‘escuela’
(del lat. schola, 'lección', 'escuela', y éste del gr. schole, 'estudio', 'escuela').
A este respecto ya señaló Amador de lo Ríos que
«tenemos la comprobación de este
aserto [se refiere a las prerrogativas y privilegios de los escolares] en los
fueros y cartas pueblas; en el fuero de Carcastillo (Navarra), dado por Alfonso
el Batallador en 1129, se lee por egemplo [sic]: “Escolano non prengat posada
abirto en casa de cavallero: in casa de pedón [criado], III noctes”. En el de
Uclés, más conocido, se dice: “Posadas non prendat scolano á forcia in casa de
clérigo nin de cauallero”. Fué otorgado por el maestre de Santiago don Pedro
Fernández en 1195 [sic]. De estos datos, que pudieran multiplicarse fácilmente,
se deduce que, así en Castilla como en Navarra y aun Aragón, gozaban los
escolares de ciertos privilegios, siendo en verdad sensible que no se hayan
publicado ó acaso trasmitido á nuestros dias las cartas, cédulas ó fueros en
que más ampliamente se consignaban.»
Así,
pues, amigo lector, dejo a su libre albedrío e investigación el que pueda
decidir si el primer germen universitario se generó en UCLÉS, si hubo o no
“escolares” en ella, como mantuvo hasta hace poco nuestra población vecina en
su convento... o no.
Rucquoi, Adeline. “El deber de
saber: la tradición docente en la Edad Media castellana”, in Mazín Gómez, Óscar
A. México en el mundo hispánico (coord.) Zamora, Michoacán: El Colegio de
Michoacán, 2000, pp. 320-321.
López Agurleta, José. Vida del
venerable fundador de la Orden de Santiago y de las primeras casas de
redempción de cautivos. Madrid: Bernardo Peralta, 1731, pág. 148.
López Agurleta, José. Vida del venerable
fundador de la Orden de Santiago y de las primeras casas de redempción de
cautivos. Madrid: Bernardo Peralta, 1731, pág. 153.
Álvarez Reyero, Antonio.
Crónicas episcopales palentinas o datos y apuntes biográficos, necrológicos,
bibliográficos e históricos de los señores obispos de Palencia. Palencia:
Abundio Z. Menéndez, 1898, pp.84-87.
Diego Sánchez Portocarrero: Nuevo catálogo
de los obispos de la santa iglesia de Sigüenza. Madrid: Diego Díaz de la
Carrera, 1646, pp. 20-21.
Mafei. “Fra Cremona, Montpellier e
Palencia nel secolo XII”, in Rivista Internazionale di Diritto Comune, I (1990) pp. 18-19.
Cfr.: Rodríguez de la Peña, M. Alejandro.
“Realeza sapiencial y mecenazgo cultural en los reinos de León y Castilla
(1000-1200), in Stud. Hist., H Mediev., 33 (2015), pp. 69-96.
Cfr.: Martínez Díez, Gonzalo. “Palencia, la primera universidad de España”, in
Torremocha Hernández, Margarita (coord.). El Estudio General de Palencia.
Historia de los ocho siglos de la Universidad española. Valladolid: Univ. De
Valladolid, 2012, pág. 53.
En
efecto, podríamos buscar un significado distinto de “escolano”. Así, el “Diccionario
Crítico Etimológico Castellano e Hispánico”, de J. Corominas (Tomo II. Letras
CE-F. Madrid: Gredos, 1984, pág. 715) nos indica que «en el Cid aparece cinco
veces la voz “escuellas” [generado
quizá por el sinónimo y parónimo sequela > sequella (séquito)] en el sentido
de ‘séquito de un señor’ o ‘mesnadas que hacen la guerra con él’, y en el mismo
sentido se halla ‘schola’ en varios documentos españoles en bajo latín,
pertenecientes a los ss. X y XI. [... Indicando Menéndez Pidal, entre otros que
llegará a significar “schola” la] ‘compañía, división o cuerpo del ejército’
para Vegecio, ‘guardia de Palacio’ para Procopio, y ‘corporación o compañía’ en
el Código de Justiniano.».
De
aquí surgirán las denominadas “scholae palatinae” medievales, agrupaciones de
tipo religioso bajo un “Magister Officiorum”, derivando el término escolano
hacia “discípulo”, “monaguillo” y “escolástico” a la “persona que detenta una
dignidad eclesiástica, en virtud de la cual está al frente de las ‘escuelas’
eclesiásticas”.
Cfr.:
Nortes Valls, Oliverio. “Estudio del léxico latino medieval en diplomas
aragoneses anteriores a 1157. Términos referentes a la composición de la
sociedad y a la vida rural”, in Archivo de Filología Aragonesa, XXIV-XXV (1979),
pág. 165.
Pero
no nos parece este el caso, sino el que ya vemos en Berceo, donde el término
“escolano” tiene el sentido de “escolar” (discípulo), como así aparece también en
la versión romance del Fuero de Teruel, bajo su artículo 444: "a
testimoniar [bastan]": el maestro con un uezino o con su escolano, después que fuere de XII
anuos, como es fuero”.
Jordán de Asso y del Río, I. et Manuel y Rordríguez, M. de. Instituciones del
derecho civil de Castilla. Madrid: Imprenta de la Real Compañía, 1805, pp.
XXXIII-XXXIV.
Amador de los Ríos, José. Historia crítica de la literatura
española. Tomo II. Madrid: José Rodríguez, 1962, pág. 251, nota 2.
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Raúl Amores Pérez
Licenciado en Filología Hispánica por la
Universidad Autónoma de Madrid.
Sus últimas publicaciones:
"Catálogo de obras de Luisa Sigea de Velasco". AAVV.
Coord. Miguel Angel Pérez Priego.
"Melchor Cano y Luisa Sigea. Dos figuras del Renacimiento Español".
Los blogs de Raúl Amores:
Sobre Lengua y Literatura Española:
Sobre la escritora renacentista Luisa Sigea de Velasco;
Figura histórica de Fernando Muñoz, I Duque de Riánsares y su
esposa
la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón y Dos Sicilias;
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